Tu voz.
Estabas enfrente mío, charlabas sobre gente que no conozco y lugares en los que no te encontré; yo te escuchaba. Cada palabra era una caricia, cada frase era un beso. La miel era vulgar y así los demás. Eran canciones eso que decías, eso que sin querer rimaba? Si? No? No se. Tu boca se movía a la par del sonido, tus ojos y manos acompañaban la expresión, la expresión acompañaba a tus ojos y manos, moviendose y corriendo el aire que estaba en su camino, se corría completamente y dos tres cua-. Una de tus risas descolgaba las telarañas del silencio y un y dos y un dos tres. Mientras tanto, el sol se divertía jugando con la luminosidad de tu pelo, alumbrándolo y aclarando su color cuando sus rayos pegaban sobre el. Y cada tanto reías. Disculpame, me tengo que bajar. Y cada tanto reías.
Ese día estabas tan linda que pude seguir escribiendo sobre vos aún cuando ya me había bajado.
1 comentario:
Hacía mucho que no me quedaba tanto tiempo colgada leyendo un blog como me pasó con este, estoy enamorada de tus palabras, seguí así :3.
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